«Lo que me encanta de Bruselas es lo fácil que es desplazarse. Es cierto que el tráfico sigue siendo un problema, pero no tiene nada que ver con otras grandes ciudades europeas. El transporte público funciona muy bien y cada vez hay más carriles bici, lo que facilita el desplazamiento de las personas que trabajan dentro de la ciudad, pero también de aquellas que trabajan fuera. En Bruselas hay barrios para todos los gustos, desde zonas de moda más céntricas hasta barrios residenciales más familiares. Además, la vivienda es asequible (en comparación con la mayoría de las ciudades europeas). Todo ello hace de Bruselas un buen lugar donde vivir. Por último, entre los lugares favoritos de mi familia para visitar en los meses más cálidos están la naturaleza y los alrededores de la provincia de Bruselas, que ofrecen muchas actividades para los niños y la posibilidad de nadar en algunos de sus lagos».